Los niños son aprendices por naturaleza y los adultos en sus vidas son sus primeros maestros desde el día en que nacen. Estas son cinco actividades que los adultos pueden hacer incluso con los niños más pequeños para ayudarles a preparar sus cerebros para aprender a leer y tener éxito en la escuela más adelante.
Leer: Leer en voz alta es una oportunidad magnífica para acurrucarse con sus pequeños y ayudarles a conocer el mundo que los rodea.
Hablar: Hablar con los niños pequeños en el idioma en el que se sienta más cómoda les ayuda a descubrir cómo formar palabras y aprender vocabulario nuevo.
Cantar: Cantar ayuda a los niños a aprender a jugar con los sonidos, incluyendo el ritmo y la rima, y a desarrollar sus habilidades de lenguaje, matemáticas y ciencias.
Escribir: La escritura comienza con actividades que fortalecen los músculos de los dedos. Esto ayuda a desarrollar el control fino de la motricidad que hará que los garabatos se conviertan en letras y números más adelante.
Jugar: Jugar ayuda a los niños a adquirir vocabulario mientras aprenden a expresarse de forma creativa y a interactuar con otras personas.
Consejos y recomendaciones de libros
Aunque los bebés no entienden las palabras que usted les lee, les canta o les dice, su cerebro se fortalece al abrazarlos, sintiéndose seguros y escuchando el lenguaje.
Cantar canciones de cuna, una canción de su músico favorito o inventar una canción graciosa ayuda a los bebés a escuchar los sonidos más pequeños que componen el lenguaje. Nuestros cerebros están programados para responder a la música, y a su bebé le encanta el sonido de su voz, independientemente de que a usted le guste o no.
Responder a las señales de interés de su bebé (como mirar o balbucear hacia un objeto, tocarlo o alcanzarlo) le ayuda a su bebé a empezar a entender el concepto de “servir y devolver” o de mantener una conversación de ida y vuelta.
- Decirle cosas como: “Ah, ¿quieres ese libro?”, pausando un momento para establecer contacto visual, dejando que sonría, se menee o haga ruidos, y luego decirle: “Lo estás mirando, así que leámoslo juntos”, ayuda a su cerebro a aprender como mantener una conversación mucho antes de que pueda hablar.
Dejar que su bebé juegue con los libros, los toque y los pruebe, y que vea y oiga cómo se leen, le ayudará más adelante a aprender a sujetar un libro y pasar las páginas.
Libros para niños muy pequeños
Dejar que su hijo utilice crayolas, pinturas o incluso agua para hacer marcas y garabatos lo anima a experimentar con la escritura mucho antes de que empiece a formar letras.
Hablar de lo que hace a lo largo del día, sobre lo que está desayunando, la ropa que trae puesta o lo que ve durante una caminata, fomenta el desarrollo del lenguaje y ayuda a su hijo a aprender vocabulario.
Señalar cosas en las imágenes mientras lee, y hacer preguntas como “¿Dónde está el pájaro?” y “¿Qué dice el pájaro?”, puede ayudar a los niños a conectarse con un libro ya sea que estén sentados quietos o moviéndose por la habitación.
Leer libros con un ritmo para que brinquen, o que incluyan o inspiren movimientos como estirarse, abrazarse o aplaudir, aprovecha el impulso natural de moverse que los niños activos tienen.
Inventar canciones graciosas que rimen con el nombre de su hijo lo anima a jugar con los sonidos y a reconocer el ritmo y las rimas. Juntar y separar sonidos es importante para la lectura más adelante.
Elegir libros que les interesen ayuda a los niños pequeños a aprender a amar la lectura. Está bien leer el mismo libro varias veces si su hijo lo desea; esto puede ser aburrido para los adultos, pero los niños pequeños están aprendiendo a contar una historia y los conceptos de principio, mitad y fin.
Contarle un cuento a su hijo puede ser una gran forma de compartir nuevas palabras, ayudarle a conocer el mundo y conocer aspectos de su cultura que quizá no encuentre en un libro.
Libros para niños de preescolar
Hablar con los niños de preescolar sobre lo que hacen a lo largo del día y preguntarles qué ven y sienten les ayuda a ampliar su vocabulario.
Jugar a encontrar letras y texto en el entorno, como buscar letras que conozcan en un letrero, encontrar una grieta en la banqueta que parezca una letra T y contar el número de señales de ALTO que hay en el camino a la tienda, les ayuda a desarrollar habilidades previas a la lectura.
Leer juntos un libro sin palabras y dejar que su hijo dirija la narración del cuento le ayuda a determinar la secuencia de los acontecimientos. ¡También es una habilidad importante para crear sus propios cuentos!
Dar a los niños la oportunidad de resolver un problema por sí mismos o de averiguar respuestas posibles a preguntas es una gran forma de practicar el uso del vocabulario.
Libros para niños desde el nacimiento hasta los 6 años
¡Bailar en familia es una gran forma de relajarse! Cantar divide las palabras en partes más pequeñas, lo que facilita que los cerebros jóvenes escuchen los sonidos individuales, e incluso los bebés pueden aplaudir o brincar al ritmo.
Las manualidades son ideales para desarrollar los músculos de los dedos que se utilizarán más adelante para escribir. Los bebés y los niños muy pequeños pueden rasgar papel, mientras que algunos niños pequeños y de preescolar pueden practicar cortando papelitos con tijeras seguras para niños y pegándolos para hacer collages coloridos.
¡Jugar con cajas puede ser divertido a cualquier edad! Finja que es un coche, un barco, un cohete o una tienda de campaña y cree una historia de aventuras para los bebés y los niños pequeños, o deje que los niños mayores le cuenten sus aventuras.